Por
Rodulfo Reyes
En el arranque de la obra cumbre de la llamada Cuarta transformación, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en donde dos gobernadores de oposición elogiaron a Andrés Manuel López Obrador, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, actuó en forma descortés al arremeter contra los adversarios del presidente y aquellos “que miran exclusivamente por sus intereses personales”.
La precandidata presidencial le puso el sello de la casa al evento que buscaba resaltar la gestión del tabasqueño con la puesta en marcha de la que viene a ser la mayor obra de la 4T, dándole el toque de mitin político con la descalificación a los opositores al régimen.
“Cuando los adversarios (del presidente) usen el AIFA lo disfrutarán, aunque sea en silencio”, exclamó.
De los cuatro aspirantes a la candidatura presidencial de Morena (el canciller Marcelo Ebrard, el senador Ricardo Monreal y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y la mandamás capitalina), solo Sheinbaum ha quedado atrapada en el discurso de Andrés Manuel poniéndose a pelear hasta con el Instituto Nacional Electoral (INE).
Igual se le ha ido encima a los “conservadores” para quedar bien con el tabasqueño, y ha descalificado y perseguido judicialmente a la oposición del centro del país, lo que –para algunos analistas– constituye una estrategia para parecerse cada vez más a López Obrador y, así, convencerlo de que ella debe ser la ungida en 2024.
En su intento para que se le considere la auténtica exponente del lopezobradorismo en el proceso interno de su partido con miras a las próximas elecciones, Sheinbaum ha enfrentado a partidos políticos y sectores sociales como organizaciones feministas de la capital mexicana.
Pero la gestión de la jefa de Gobierno no anda bien: en las elecciones intermedias de 2021 su partido perdió un poco más de la mitad del territorio, si bien la responsabilidad se la adjudicó al senador Monreal por no apoyar a los candidatos morenistas, lo cual parece ser el principal motivo por el que el presidente se distanció del zacatecano.
El lunes, durante el corte del listón inaugural del aeropuerto, la gobernadora de la gran metrópoli fue la oradora principal. Al lado de ella, sin perder la compostura, dos gobernadores de oposición ensalzaron la gestión lopezobradorista.
La nueva terminal aérea, aseguró el Ejecutivo del Estado de México, el priísta Alfredo del Mazo, muestra que “austeridad también significa calidad y eficacia”.
Expuso que esa “es la obra de infraestructura más importante concluida en nuestro país durante el presente siglo”.
La construcción indicó, muestra “la capacidad del presidente” para alcanzar sus propósitos, así como cumplir sus compromisos.
El mandatario de Hidaldo, el priísta Omar Fayad, también fue obsequioso con López Obrador: elogió que la terminal haya quedado “en tan corto tiempo (y) apegada a los principios de austeridad y de funcionalidad en beneficio de los mexicanos”.
Con su discurso incendiario, Sheinbaum atizó la leña del pleito de cantina que protagoniza en días hábiles el de Macuspana desde el palco de la mañanera de palacio nacional.
Ello, sin tomar en cuenta que los priístas políticamente correctos Del Mazo y Fayad hayan destacado la austeridad –solo les faltó ponerle el apellido republicano– del gobierno de López Obrador.
Y la austeridad y la lucha contra la corrupción son los pilares de la 4T… bueno, al menos en el discurso.