Por
Rodulfo Reyes
La presencia del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, en el informe de un diputado federal por Tabasco enlistado en el equipo del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, representa un claro mensaje para el grupo antagónico, el de Octavio Romero y Javier May, directores de Pemex y Fonatur, respectivamente: aquel no ha acudido al acto similar de algún integrante de esta última camarilla.
El pasado sábado, Delgado visitó Villahermosa en compañía del coordinador del grupo parlamentario en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, en un evento en el que se le gritó “¡presidente, presidente!” a Adán Augusto, y en el que estuvo también el gobernador Carlos Manuel Merino Campos.
Que el encargado del partido gubernamental, el jefe de su fracción legislativa y el mandatario de Tabasco hayan estado en una rendición de cuentas no podría entenderse como un acto del cual es ajeno el mandamás Andrés Manuel López Obrador.
Desde agosto pasado que el grupo de Los fundadores o duros rompió con la dirigencia estatal morenista, se han organizado informes de legisladores como brotes de maleza en los que invariablemente se hace campaña a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, mientras que José Ramiro López Obrador se da gusto echándole sal a la herida en la llaga que les significa el titular de Gobernación.
Pero a ninguno de esos “actos informativos” han acudido Delgado ni Mier Velazco ni Merino Campos, por lo que acuerpar al legislador Mario Llergo tiene un significado muy profundo por tratarse de una pieza del equipo de Adán Augusto.
Y, para que no quedara duda, ante los oídos de quienes llegaron de la capital del país retumbaron las porras de “¡presidente, presidente!” para el responsable de la política interna de país.
En síntesis, la llegada del líder morenista y del pastor en la Cámara baja representa un espaldarazo para Adán Augusto, que por su trabajo a nivel nacional es reconocido por su jefe el presidente, pero en su tierra recibe un trato hostil de parte de Javier May y Octavio Romero.
Algunas analistas consideran que a los fundadores debe quedarles claro que ni el presidente del partido ni el coordinador parlamentario ni el gobernador se atreverían a acudir a un acto partidista en Tabasco si no es con la venia de Palacio Nacional.
¿Por qué ningún integrante de la corriente de May y Octavio ha tenido en sus “informes” a Delgado y Mier?
Simple: los juegos de la sucesión son del Presidente, y más cuando se trata de eventos a realizarse en la tierra donde enterró su ombligo.
Un apunte adicional sería que la asistencia del gobernador Merino podría ser contraproducente: no ha hecho lo mismo con los “informes” de los congresistas del grupo de enfrente.
A partir de ahora el jefe del Ejecutivo local ya no podrá decir que “no por mucho madrugar amanece más temprano”, como espetó el 22 de junio pasado.
Para su información…
1.- Se espera que el fin de semana José Ramiro López Obrador vuelva a embestir a Adán Augusto: a este acuerdo se habría llegado en el cuarto de guerra de Los fundadores o duros. Según dicha versión, el exalcalde de Macuspana le hará caso a su hermano Andrés Manuel en el sentido de que puede opinar en contra del secretario de Gobernación, pero no a nombre de su familia, pues no lo representa.
2.- Si mañana fueran las elecciones estatales, solo dos alcaldes alcanzarían la calificación ciudadana para volver a reelegirse: Oscar Ferrer Ábalos y Julio Gutiérrez Bocanegra, de Huimanguillo y Macuspana, respectivamente. Donde los sondeos recientes apuntan como municipios en riesgo son Balancán y Emiliano Zapata, cuyos ediles Luisa Cámara Cabrales y José Bernat Rodríguez, enfrentan no solo el repudio de la ciudadanía, sino también la rebelión de los propios integrantes de sus propios cabildos.
3.- Se engallaron los seguidores de Mario Llergo y ya le dan trato de “candidato” a la gubernatura.