Por
Rodulfo Reyes
En la última gira del año del presidente Andrés Manuel López Obrador por su tierra, la víspera de Navidad, en la que hubo protestas en el hotel en que durmió, se puso de manifiesto que han quedado atrás los tumultos de sus paisanos para recibirlo. ¿Ha afectado al de Macuspana la reyerta interna de su partido Morena que asegura que a Tabasco no ha llegado la Cuarta transformación?
En sus mejores momentos, el de Macuspana contaba con una aceptación de 80 % entre los suyos, esto es una aprobación de ocho de cada 10 de tabasqueños, lo que ubicaba a su lugar de nacimiento como la entidad donde los bonos presidenciales estaban por la Luna.
¿Qué ha pasado en el año que termina con la popularidad del jefe de la nación? Hay muy pocos datos para dar una respuesta precisa, pero como hipótesis de trabajo puede aventurarse que existe un sentimiento ya generalizado de que AMLO no hizo nada por Tabasco.
En redes sociales, en centros de opinión y en cualquier lugar donde se hable de política persiste la creencia de que al Edén del trópico no le fue bien como al Estado de México cuando Enrique Peña Nieto fue presidente, por citar solo un caso, ya que las grandes obras solo se circunscriben a la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, que cuando esté en funciones solo generará mil 300 empleos, y la mayoría de los contratados vendrán de entidades como Veracruz y Tamaulipas; y el Tren Maya, cuyo impacto principal no es en Tabasco, sino en los otros estados de la región, particularmente Palenque, Chiapas, en donde López Obrador tiene su casa de descanso.
Hasta ahí el gran apoyo federal al estado donde domina mayoritariamente el partido vintotinto, que gobierna en 14 de 17 municipios y tiene el control del Congreso local.
“Presidente, el Gobierno de Tabasco no está robando, apóyanos”, le gritó un grupo de trabajadores que protestaban contra el director del ISSET, Fernando Mayans Canabal, en el hotel donde se hospedaba la víspera navideña.
En otro momento también trabajadores del Colegio de Bachilleres de Tabasco (Cobatab) lo increparon exigiendo mejoras salariales y la entrega del aguinaldo.
En ocasiones anteriores, una protesta de estas la solucionaba sin despeinarse y le bastaba con darles un par de palmaditas a los líderes y llamar a alguien de su ayudantía para que tomara nota de los reclamos.
En esta vez López Obrador pasó de largo y no se detuvo a saludar a sus paisanos inconformes que se desgañitaban gritándole. Antes, su sola presencia imponía y los gritos en contra eran vítores para él, que nunca dejaba de levantar la mano y de abrazar al vacío mientras se tocaba el corazón en señal de los quiero.
¿Terminó la luna de miel? En la visita oficial que realizó el viernes –en la sede de la 30 Zona Militar, en Villahermosa, dio la rueda de prensa mañanera–, si bien llegó un día antes, pudo verse que sus paisanos ya no le dispensan el mismo trato: a diferencia de giras anteriores, ahora las vallas metálicas y el personal militar lo mantuvieron lejos del pueblo que lo impulsó desde finales de los ochenta, aunque en dos ocasiones –en 1988 y en 1994– no le dio su voto para ser gobernador de su estado.
La versión de que la oposición ha minado la popularidad del Presidente no resiste el análisis, toda vez que sus adversarios locales prácticamente no existen; en todo caso es más factible culpar a José Ramiro López Obrador de la campaña negra contra la administración de su hermano el Presidente, toda vez que el señalamiento de que la 4T no ha llegado a Tabasco es obra suya, que así, con descalificaciones a su propia casa, trata de bajar de la sucesión presidencial al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
Desde agosto pasado, José Ramiro ha venido insistiendo en que no hay Cuarta transformación en Tabasco y que para que llegue la 4T debe ser Presidenta la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y mandatario del estado su guía político Javier May Rodríguez, precandidato a la gubernatura y en sus ratos libres responsable de la construcción del Tren Maya.
De hecho, la campaña en redes sociales contra la 4T, en el entendido que en Tabasco estas siglas las representa Adán Augusto, no es de la autoría de la oposición, sino del equipo de campaña de Claudia Sheinbaum y de Javier May, que para desmerecer al Gobierno de Tabasco está descalificando al secretario de Gobernación y a la Cuarta transformación.
La prueba de que la campaña del hermano del Presidente ha sido efectiva en el Edén es que casas encuestadoras de prestigio, en sus levantamientos en redes sociales principalmente, han encontrado que en la tierra del mandatario nacional domina en la intención del voto la jefa del gobierno capitalino y no el tabasqueño que es responsable de la política interna mexicana.
En resumen puede decirse que la andanada mediática en contra de Adán Augusto ha impactado también en la 4T, que es el sello del Gobierno lopezobradorista.
Estrictamente personal…
De Primera Mano volverá a publicarse en el diario El Independiente hasta el martes 17 de enero de 2023.