Por
Rodulfo Reyes
Por primera vez desde finales de los ochenta que en Tabasco surgió una verdadera oposición al PRI, entonces partido hegemónico, los actuales candidatos de la cuadra de Andrés Manuel López Obrador ya no podrán abrevar de su imagen y tendrán que rascarse con sus propias uñas.
Desde 1997 que emigró a la Ciudad de México para hacer política con alcance nacional, el de Macuspana empezó a acrecentar su arrastre entre paisanos, al punto de que los políticos que se le colgaban del brazo salían beneficiados de su patrocinio ante el electorado.
Fue en las elecciones de 2000, cuando ganó por el PRD la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, que pudo verse el poder de su personalidad transmitida a representantes de su movimiento. Ese año Raúl Ojeda Zubieta estuvo a unos ocho mil votos de quedarse con el Ejecutivo.
Entonces el lopezobradorismo no se quedó con la Quinta Grijalva porque el candidato del PAN, José Antonio de la Vega Asmitia, no quiso declinar por Ojeda y se mantuvo hasta el final para pulverizar el voto a favor del PRI, habida cuenta de que el coordinador de la campaña del priísta Manuel Andrade Díaz era ni más ni menos que Adán Augusto López Hernández, ya desde entonces mariscal de un grupo político priísta escindido del gurriísmo, en el que participaba De la Vega.
A De la Vega lo hizo abanderado del PAN otro ex priísta, Juan José Rodríguez Prats, fundador del equipo gurriísta del que salió Adán López, quien al comienzo de su administración lo nombró asesor, pese a que Rodríguez Prats en ese momento atacaba con saña a López Obrador.
En 2006 y 2012, mientras el tepetiteco crecía hasta situarse como serio aspirante a Palacio Nacional, en Tabasco sus adeptos seguían gozando de la miel de su popularidad.
En 2012 el priísta Enrique Peña Nieto le abrió un boquete en la elección presidencial al tabasqueño, pero en Tabasco su fuerza fue suficiente para llevar al perredista Arturo Núñez Jiménez a Plaza de Armas, en lo que fue la primera captura del gobierno tabasqueño por parte del priísta que en 1988 dejó las filas revolucionarias institucionales.
Como prueba de ese poderío llamado AMLO: en 2018 no solo se sentó en la silla del águila, sino que también hizo ganar en Tabasco a un segundo colaborador, Adán López, quien sacó 730 mil votos, convirtiéndose así en el candidato a gobernador más votado de toda la historia.
Pero el 6 de septiembre pasado que se dio a conocer que Claudia Sheinbaum Pardo había ganado la encuesta para candidata presidencial del vinotinto y que Adán López fue confinado al cuarto lugar, superado hasta por ese payaso de la política que es Gerardo Fernández Noroña, pudo verse nítidamente que los votos con los que ganó López Hernández en 2018 no eran de él, sino de su jefe Andrés Manuel.
La fortaleza mostrada por el lopezobradorismo en 2018 ya no fue la misma en las elecciones intermedias de 2021.
Este escenario lleva a pensar que en los comicios del próximo 2 de junio, la imagen del Presidente ya no será venerada por el electorado tabasqueño, por lo cual los candidatos de su fuerza tendrán que ganarse los votos ellos mismos.
Es cierto que la fuerza del aparato de Estado puede volcar la elección a favor de la ex mandataria capitalina, mas en las entidades quienes ganarán los sufragios serán los candidatos locales.
PARA SU INFORMACIÓN…
Ariel Cetina Bertruy fue depuesto este jueves como rector de la Universidad Popular de la Chontalpa (UPCH), fundada en los noventa por López Obrador. En su lugar fue nombrado Mauro Winzing Negrín, hasta ayer director de Protección Civil del gobierno estatal. La caída de Cetina se dio luego de las protestas de maestros y alumnos que lo acusaban de corrupción. El cesado funcionario era operador electoral de Adán López… EN LA UNIVERSIDAD Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) también hay problemas serios con la comunidad estudiantil: alumnos de la facultad de Ciencias Sociales y Humanidades piden la destitución de la directora, Felipa Sánchez Pérez. Si el rector Guillermo Narváez Osorio no resuelve las demandas del alumnado, el conflicto puede escalar a un estado en que ya no haya retorno.