Por
Rodulfo Reyes
Un equipo de trabajo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del país se encuentra en Tabasco coadyuvando al gobierno local en su lucha contra la delincuencia que golpea sin misericordia desde principios de octubre.
Los pupilos del súper policía Omar García Harfuch llevan avanzadas las investigaciones, y es posible que ya se hayan solicitado las primeras órdenes de aprehensión en contra de quienes se identifica como «generadores de violencia».
El titular de la SSPC federal se metió de lleno en el caso Tabasco a raíz de la ejecución de seis jóvenes el domingo pasado por la madrugada en el antro Dbar, una noticia que conmocionó al país y que incluso fue divulgado por medios internacionales como El País, de España.
La masacre en la capital tabasqueña, que dejó además 10 heridos, puso a Tabasco en el ojo del huracán de la lucha contra el narco, pues fue el tercer estado en donde en menos de un mes se presentaron matanzas en antros (los otros dos fueron Querétaro y Edomex).
Sin embargo, desde antes de Dbar, el gobernador Javier May Rodríguez ya había tenido acercamientos con García Harfuch, con miras a solicitar el apoyo de la federación para enfrentar a los criminales que han retado al estado.
El pasado 30 de octubre, cuando estaba cumpliendo un mes al frente de Tabasco, el jefe del Ejecutivo informó a través de sus redes sociales de un encuentro con el funcionario.
Ese día el mandatario tabasqueño estuvo en la Ciudad de México en las oficinas del súper policía, con quien, dijo, se mantiene en plena coordinación para fortalecer las estrategias con las autoridades del Gobierno de México, a fin de “devolver la tranquilidad” a Tabasco.
May fue acompañado por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado, general Víctor Hugo Chávez Martínez.
La reunión de May con Harfuch hace un mes muestra que desde un principio el nuevo gobierno estatal tomó muy en serio el tema de la inseguridad, pero la masacre en Dbar provocó que el aquel destacara a un equipo de élite, similar al que actuó recientemente en suelo mexiquense para detener a las autoridades que le daban protección al crimen organizado.
Conocido como «enjambre», el operativo puesto en marcha en Toluca buscó, más que la detención de generadores de violencia, la captura de servidores públicos para desactivar la cadena de protección alrededor de la delincuencia.
Si se aplica la misma formula en Tabasco, entonces también aquí deben caer funcionarios, pero sin pasar por alto a las autoridades del pasado que prohijaron a los grupos delictivos.
La primera sorpresa que se llevó el equipo de Harfuch al empezar a mover sus piezas fue que el anterior gobierno no tenía ninguna carpeta abierta en contra de quienes son identificados como los líderes de las organizaciones criminales.
Seguramente García Harfuch arqueó las cejas y tomó nota de ese detalle que pinta de cuerpo entero al estado en que recibió a Tabasco Javier May hace dos meses.