Por
Rodulfo Reyes
Alguien malpensado podría suponer que el gobierno federal no quiere apresar a las cabezas visibles del espectro criminal que le tiene la bota en el cuello a Tabasco.
Salvo un par de detenciones de sujetos con nivel en el organigrama delictivo, últimamente solo se ha estado capturando a mandos medios.
Como nunca antes en la historia de Tabasco, son del conocimiento público los nombres de los responsables de la violencia que arrancó con toda su crudeza hace ocho meses.
En abono de las nuevas autoridades debe decirse que nunca se había capturado a tantos «generadores de violencia» como ahora.
Es más, en el gobierno anterior los nombres que ahora son del dominio popular se movían a sus anchas en las filas de las corporaciones policíacas como la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Fiscalía General del Estado de Tabasco (FGET).
¿Hay algún poder político más allá del edén que está impidiendo las capturas de los peces gordos y por eso solo están cayendo charales y topenes?
No hay que olvidar que esta es la tierra del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y que fue durante su sexenio que el crimen organizado sentó sus reales en México, y el edén no estuvo exento sino al contrario.
¿Quién es el personaje que está evitando que se llegue al fondo de todo y se detenga a quienes crearon a la organización criminal que tiene patas para arriba al estado?
PARA SU INFORMACIÓN…
Se perfila para ocupar la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica del Estado el oriundo de Comalcalco Alejandro Medina Custodio, quien fue cercano colaborador de la extinta Rosalinda López Hernández. Parece que la única traba es que las actuales autoridades desean que dicha oficina siga dependiendo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, mientras que Medina Custodio es la de la idea de que debe pertenecer a la Secretaría de Administración y Finanzas, así como la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno federal está supeditada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
