Redacción
Rodulfo Reyes
La estrategia del ala radical de Morena en Tabasco de competir por la gubernatura en 2024 excluyendo a los demás grupos que simpatizan con la causa del mandatario Andrés Manuel López Obrador, ya demostró ser ineficaz en la elección presidencial 2006 que el originario de Macuspana apostó por cerrarse dejando fuera a militantes de otras fuerzas que se acercaron a darle su apoyo, como fue el caso del SNTE, de Elba Esther Gordillo Morales.
Llamados los duros del lopezobradorismo en la tierra del caudillo, la corriente de Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, y de Javier May Rodríguez, titular del Fonatur, busca sacudirse en las próximas elecciones a los priístas que llegaron al partido en 2018 de la mano de Adán Augusto López Obrador, cuya candidatura al gobierno del estado respaldaron.
El ahora secretario de Gobernación renunció al PRI en 2003 y desde entonces se sumó a López Obrador, primero en el PRD y luego en Morena. A partir de ese año se convirtió en una de las figuras claves del movimiento izquierdista en el estado.
Provienen de ese año sus diferencias con Octavio Romero, que desde finales de los ochenta empezó a acompañar al hoy presidente; el desencuentro fue motivado por el “celo” del titular de Pemex de no compartir su lugar privilegiado al lado de López Obrador.
Javier May colabora con AMLO desde 1988, pero siempre como subalterno de Oropeza. Hoy ambos hacen equipo para lograr la gubernatura en 2024, pero con la idea de desplazar a la corriente de Adán Augusto.
Desde su página en Facebook llamada Un fundador será gobernador, el responsable de la construcción del Tren Maya recorre el estado para fortalecer a su grupo con ofrecimiento de candidaturas a alcaldías y diputaciones locales, pero solo a seguidores de AMLO que no han militado en el PRI.
May ya logró la adhesión de Octavio Romero, de los legisladores Rafael Elías Sánchez Cabrales y Jorge Bracamontes, así como de la secretaria para el Desarrollo Energético del estado, Sheila Cadena Nieto.
La funcionaria es pareja sentimental de un hijo de Rodolfo Lara Lagunas, fundador de Morena y maestro de civismo en la secundaria de López Obrador, por eso el respaldo a May (la cercanía entre su suegro y el fundador que quiere ser gobernador).
El exsecretario del Bienestar camina por el estado como si ya fuera el candidato, dado el aparente poder que le da su cercanía con el presidente. Hace poco, en una gira del gobernador Carlos Manuel Merino Campos por el municipio de Balancán, la alcaldesa Luisa del Carmen Cámara permitió que militantes del vinotinto gritaran “gobernador, gobernador” en alusión a Javier May.
Fue por esas fechas que el mandatario tabasqueño, a una pregunta sobre los destapes, respondió a reporteros: “No por mucho madrugar amanece más temprano”.
La presidenta municipal de Cárdenas, María Esther Zapata, también respalda a May. Más aún, les dio de baja a directores de la comuna que entraron por recomendación del secretario de Gobernación.
En el segundo municipio en importancia de Tabasco, el coordinador de la campaña de May es el diputado Euclides Alejandro, quien también es responsable del programa Sembrando vida.
De esa manera, May va acaparando las posiciones del partido en los municipios para que en 2024 la corriente de Adán Augusto pierda fuerza.
Sin embargo, aunque aquí en apariencia el encargado del Tren Maya ha logrado irse apoderando de las candidaturas, sobre todo la de la gubernatura, el responsable de la política interna del país está jugando en las ligas nacionales como precandidato presidencial.
Sin un equipo que lo acuerpe en el estado, López Hernández podría alterar el plan de Octavio y Javier de desplazar a los priístas que llegaron con él en 2018, pues tiene posibilidades de ser abanderado a la primera magistratura del país, lo que haría cambiar la correlación de fuerzas en Tabasco.
En lo local, los morenistas han rechazado la “purga” de priístas propuesta por Oropeza y May por considerar que se trata de una estrategia fallida, que en 2006 evitó que AMLO ganara la Presidencia al despreciar el apoyo que le ofrecían priístas como Elba Esther Gordillo.