Redacción
Rodulfo Reyes
Si alguien pensaba que la lucha por la candidatura del partido en el poder a la gubernatura de Tabasco iba a ser un día de campo por ser una decisión exclusiva del presidente Andrés Manuel López Obrador, se equivocó: cada día hay más invitados (van más de 10) a una fiesta que está alterando la función principal de la administración al ser distraída con precampañas tempranas, además de que la contienda doméstica está dividiendo al vinotinto.
“En Morena hay gente de mucho nivel y trayectoria para competir por la gubernatura, pero hay quienes solo se apuntan para ver qué cachan”, afirmó el martes el diputado Emilio Contreras Martínez de Escobar, presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, un día después del destape de su correligionario el legislador federal Mario Llergo Latournerie, representante de Morena ante el INE.
Y es que, de pronto, el Edén del trópico se ha convertido en un campo de batalla tras de que el director general del Fondo Nacional Para el Fomento al Turismo (Fonatur), Javier May Rodríguez, diera a conocer que ya cuenta con equipo de campaña.
El tema alcanzó al gobierno de Carlos Manuel Merino Campos: dos secretarios del gabinete ya habrían aceptado integrarse al equipo del también responsable del Tren Maya, a quien se considera el hombre del Presidente en Tabasco.
Detrás del destape de May puede verse que el enfrentamiento que siempre han tenido el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, posiblemente los dos tabasqueños más cercanos al inquilino de Palacio Nacional.
Hasta antes de que Adán Augusto pidiera licencia al gobierno de Tabasco para ser designado responsable de la política interna del país, en agosto de 2021, a Romero Oropeza se le suponía el paisano más allegado en sus afectos a López Obrador.
La tensión entre Adán y Octavio revivió al arranque de la administración federal y la de Tabasco, a principios de 2019, cuando el Gobierno de la República estaba urgido de encontrar un predio para comenzar la construcción de la refinería de Dos Bocas, en el municipio de Paraíso.
Como cabeza de sector, la tarea era de la competencia de Pemex, pero ante la falta de resultados fue el Gobierno de López Hernández el que se afanó por resolver el problema; notario público con licencia, Adán Augusto encontró un terreno apropiado para levantar la que será una de las obras cumbres del gobierno lopezobradorista.
Así se han ido dando los desencuentros: mientras el ahora precandidato presidencial era gobernador, Octavio Romero realizaba giras como director de Pemex y no convocaba a las autoridades estatales; y llegó al extremo de hacer donaciones a comunidades de Tabasco, mas a los actos no invitaba al mandatario estatal, como se acostumbraba en anteriores administraciones.
Por estas fechas que empezaron los destapes, Romero no se encartó y solo se manifestó a favor de Javier May, quien ha aprovechado la percepción de que él es el palomeado por López Obrador para hacer campaña sin recato, con promociones en redes sociales de su encomienda al frente del Tren Maya.
May se ha reunido en días hábiles con alcaldes y legisladores, en un afán de enviar la señal de que no hay más precandidato que él. Y la estrategia parece haber dado resultados: ya sumó a su causa a los diputados Rafael Elías Sánchez Cabrales y Jorge Bracamontes, además del apadrinamiento de Octavio Romero.
Se sabe que dos secretarios de la administración de Carlos Manuel Merino ya estarían trabajando para el titular de Fonatur.
El responsable del Tren Maya prácticamente ha dejado en segundo término su encomienda por atender su campaña, pese a que el presidente López Obrador les pidió a los adelantados trabajar 16 horas diarias para no descuidar su tarea gubernamental.
Que Tabasco se encuentra contagiado por la fiebre de la sucesión presidencial puede verse en el hecho de que el mandatario estatal ha participado en las actividades partidistas de Morena en Estado de México y Coahuila, lo que ha provocado que la oposición le reclame, aunque Merino Campos ha asegurado que ha ido a mítines en días no hábiles, lo cual está permitido por la ley.
