Por
Rodulfo Reyes
En Tabasco, donde se concibió el movimiento que 30 años después sentó en Palacio Nacional a Andrés Manuel López Obrador, se da como un hecho que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, es la heredera de la formación política del nativo de Macuspana y, por tanto, debe ser la abanderada de Morena para las elecciones de 2024, escenario que le pega al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, el paisano del Presidente al que se está relegando en su propia casa.
Además –y tal vez por eso la lucha interna se vislumbra cruenta–, en el núcleo duro del lopezobradorismo se tiene como eje fundamental en la lucha contra los expriístas –conocidos con desdén como neomorenistas– que Claudia debe lograr la candidatura presidencial para que el próximo gobernador sea Javier May Rodríguez, cabecilla, junto con Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, de la corriente de Los fundadores o duros.
Esto es, en la propaganda a favor de la mandataria capitalina que hacen en el estado partidarios del titular de Fonatur, se machaca la tesis de que si Sheinbaum no logra la nominación, May no podrá instalarse en la Quinta Grijalva y en el próximo sexenio la administración seguirá en poder, como hasta ahora, de los expriístas comandados por Adán Augusto.
Al menos en Tabasco, la figura de Sheinbaum como virtual favorita de López Obrador se ha posicionado tanto que hasta el expriísta Oscar Cantón Zetina, quizá el precandidato a la gubernatura con menos aceptación entre las bases morenistas, ha hecho difundir en sus redes sociales una foto con la mandataria capitalina.
Las leyendas #EsElla y #EsClaudia aparecen por toda la entidad con la imagen de la mujer de la metrópoli y un sonriente López Obrador, en insinuación gráfica de que Sheinbaum es la representante del lopezobradorismo.
En la otra acera, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ha sido rebasado por el grupo de Octavio y Javier, aunque a cambio mantiene el control del gobierno estatal.
El manotazo de autoridad del inquilino del Palacio de Covián se dejó sentir el martes 23 de agosto que fueron corridos de sus empleos los funcionarios estatales y municipales que dos días antes aparecieron en una fotografía y difundieron un video donde manifiestan su simpatía por la gobernadora de la capital del país.
En vez de exigir la reinstalación en sus puestos, los despedidos se pusieron la camiseta de Claudia y de manera abierta y en días hábiles redoblaron la campaña a favor de aquella, en lo que pareció una respuesta a Adán Augusto.
Sin operadores que puedan neutralizar la adelantada campaña de Javier May, el grupo neomorenista no ha logrado posicionar la figura de la corcholata presidencial de casa.
Ante la embestida que presenta a Claudia como la heredera de Andrés Manuel, los partidarios del titular de Gobernación –y el propio secretario en sus redes– reparten el video donde se escucha decir al Presidente que Adán Augusto “es mi hermano”.
En la página Tabasco con Adán, se editó un video en el que se entremezclan las figuras del mandatario mexicano con su principal colaborador para enviar el mensaje de que López Obrador y López Hernández son uno mismo.
La sucesión en la tierra del Presidente entró en una etapa que recuerda la lucha que dieron en los noventa los seguidores de AMLO contra el PRI, con la diferencia de que muchos de esos priístas que combatieron a López Obrador hoy ocupan posiciones importantes en los gobiernos del vinotinto.
Pero más allá de que lo que suceda en Tabasco –quién crecerá más entre Claudia y Adán–, ha quedado de manifiesto que el grueso del morenismo no está respaldando al secretario de Gobernación y que el lopezobradorismo considera a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México la corcholata más viable para continuar con el legado del tabasqueño.
Javier May, en adición, quiere que Sheinbaum sea candidata presidencial para que él pueda ser mandatario tabasqueño.
