Por
Rodulfo Reyes
Los dirigentes de Morena están convencidos de que el próximo gobernador de Tabasco será a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador le levante la mano en algún mitin el año próximo que se escoja al abanderado de esa formación. Así, sin ninguna pena.
Por eso la clase gobernante local desestima que Javier May Rodríguez, director de Fonatur, haya arrancado antes que nadie y esté en campaña con José Ramiro López Obrador como invitado especial por todo el estado.
Tal vez la confianza en la popularidad del mandatario nacional tenga confundido al régimen: que en estos momentos sea el político con mayor aceptación en su estado natal, no significa que también lo sean sus dos o tres correligionarios que tratan de imitarlo en su forma de hablar y en sus discursos.
¿O usted cree que porque May, José Ramiro y el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, parlotean en público como AMLO ya tienen asegurado el puntaje que a este le regalan sus paisanos?
Para entenderlo mejor: ni el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ni el mandatario Carlos Manuel Merino Campos ni la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta cuentan con el respaldo de los ocho de cada diez tabasqueños que aprueban a su Presidente.
También es obligado recordar que si bien como marca Morena domina en la intención del voto, el día de las elecciones se presenta un efecto social conocido como voto de castigo que se mide con el repudio que los ciudadanos les tienen a sus gobiernos inmediatos, en este caso el municipal y el estatal.
Esto significa que en 2024 por la mente del tabasqueño de a pie que esté frente a las urnas no va a pasar lo bien que le cae el Presidente, sino las fallas gubernamentales percibidas en su entorno como falta de servicios básicos, la inseguridad y la carestía.
Del lado del vinotinto se piensa que la fuerte derrama federal en programas sociales inclinará la balanza hacia el régimen. Habría que hacer números para tener esa certeza, pero en la era del PRI López Obrador les enseñó a sus seguidores que agarraran los que les diera el gobierno, mas no sufragaran por el tricolor.
En el gobierno local consideran que el triunfo presidencial de Morena provocará una inercia victoriosa en Tabasco, como sucedió en 2018 que infinidad de candidatos tabasqueños –incluidos personajes de baja estofa e impresentables– se quedaron con puestos de elección gracias a la popularidad de AMLO.
Por cierto, en 2015 que el entonces gobernador perredista Arturo Núñez Jiménez aparentemente había roto con López Obrador, a la sazón el principal dirigente opositor del país, uno de los primeros reclamos que se hizo en la cuadra del de Macuspana fue que el marido de Martha Lilia López Aguilera no habría ganado sin la participación concurrente del ahora mandamás.
Sobra decir que en 2018 el vinotinto volvió a aplastar a la oposición gracias a la figura de López Obrador. ¿Esto pasará en 2024? Hay un principio básico de la política en Tabasco: AMLO le mete votos a su partido solo cuando está en las boletas, precepto que quiso anularse en 2021 que Morena volvió a arrasar sin que el Presidente jugara en esa competencia.
Sin embargo, no se tomó en cuenta que si bien su nombre no iba estampado en la papeleta, su figura se mantenía en la conversación nacional inclinando así el momentum hacia su formación.
Para cuando se den los comicios federales venideros, el macuspanense ya no solo no tendrá un lugar en la hoja electoral, sino que también su investidura padecerá el desgaste natural que le ocurre a todos los que portaron la banda presidencial.
Por eso salta la duda de si bastará con que el Presidente venga a Tabasco después de julio de 2023 –fecha tentativa en que Morena ya tendrá abanderado a Palacio Nacional– y le levante a mano a uno de los suyos para sentarlo en la Quinta Grijalva.
Si a mediados del año próximo se destapara a la corcholata preferida, tres meses después aproximadamente o hasta la Navidad siguiente podría estarse dando a conocer quien regirá por el vinotinto los destinos del Edén en el período 2024-2030.
Las apuestas son en el sentido de que las elecciones tabasqueñas no serán un día de campo para Morena: la clase gobernante actual tendrá encima a todos los sectores que ha venido aplastando, además del embate del lopezobradorismo en caso de que el bueno no resulté ser Javier May.
Para su información…
1.- EL DIRECTOR DE Telereportaje, Emmanuel Sibilla Oropesa, desmintió de manera categórica a la presunta periodista Elizabeth García Vilchis, encargada de la sección Quién es quién en las mentiras de la semana, que se difunde en la gran plataforma mediática que es la conferencia mañanera de AMLO. La susodicha calificó de mentirosos a medios tabasqueños por la difusión de una nota sobre la explosión de una bodega de huachicol en Cunduacán, ocurrido el pasado 10 de octubre. El comunicador le demostró con imágenes irrefutables que el hecho ocurrió. Así de simple.
2.- EL NOTICIERO RADIOFÓNICO Panorama sin reservas ajustó 27 años de haber sido fundado por Juan Carlos Huerta y Roberto Carrera Ruíz. Este último continúa en la conducción, con el apoyo de Rocío Martínez y Alex Huerta, hijo de quien fuera su director general. Felicidades al exitoso programa, pero también un llamado para que no deje de insistir que se castigue al o los responsables intelectuales del asesinato de Juan Carlos, que al momento de su muerte era uno de los periodistas más influyentes del estado.